lunes, 20 de noviembre de 2017

La dama duende





La semana pasada tuve la suerte de poder ir al Teatro de la Comedia a ver La dama duende de Calderón de la Barca en un maravilloso montaje de La Compañía Nacional de Teatro.

      Pude verles este verano en el festival de Almagro representando El perro del hortelano y, como aquella vez, ha sido una verdadera muestra de buen teatro.

      Las actuaciones fueron impecables, llevando al público la esencia de la obra a través de la comedia con la que está escrita.

      Los diálogos no son un mero recitar, sino que los personajes se escuchan y responden con su complicado verso sin que se vea a ningún actor sufriendo por lo estático de una obra rimada, siempre más difícil de improvisar si alguien se equivoca. Y desde luego si se equivocaron en algún momento, nadie lo notó.

      La escenografía es un maravilloso juego de tramoya, tristemente perdido en el teatro actual, probablemente por escasez de dinero, un punto que (sin grandes cifras) no sufre la Compañía 
Nacional.

      Y la adaptación de Álvaro Tato, de la mano del montaje de Helena Pimenta, es tan discreta y está tan bien articulada que apenas se nota su paso por el texto, lo cual, siempre se agradece en los montajes actuales del teatro clásico. Una ya va al teatro temiendo montajes pseudoactulizados y terriblemente mal adaptados de los grandes clásicos.


      No estaba mucho tiempo en cartel, pero si podéis verla, no lo dudéis, vale cada céntimo que cuesta la entrada. Mi más sincero agradecimiento a la compañía por regalarnos una actuación espectacular.

No hay comentarios:

Publicar un comentario