lunes, 29 de enero de 2018

Crimen y telón



Este fin de semana he tenido la oportunidad de ir a ver Crimen y Telón de Ron Lalá. Ha sido un grato placer poder asistir a este original (en todos y los mejores sentidos).

      Una obra escrita por el grupo que no tiene ni un segundo desperdicio. Desde el principio asistimos a un nuevo teatro cargado de ciencia ficción y teatro clásico que no te permite distraerte ni un segundo.

      La puesta en escena es sencilla y fulminante y los focos de atención arrastran al espectador más desconfiado, consiguiendo que realmente no veas cuándo desaparece el cadáver.

      Si amas la poesía no podrás salir indiferente y no declararte verosadicta.
      
      Desde el texto, las actuaciones y cada técnico puedes presenciar del trabajo medido.

      Esta obra se construye bajo la premisa de que en el futuro las artes están prohibidas, pero teatro aún no ha sido capturado, hasta que ¡oh, sorpresa! Aparece su cadáver y el protagonista debe buscar al asesino, lo que le llevará en un viaje de flashbacks en los que vemos el inicio y evolución de teatro. Incluyendo el vocabulario técnico que suele desconocerse, lo que la hace una obra magnífica para llevar a curiosos y adolescentes que están en pleno estudio de Educación Literaria (sí, ahora lo llaman así).

      Al estar en primera fila tuve la oportunidad de ver cuidadosamente las expresiones de los actores que entraron concentrados y terminaron sin perder la concentración ni un segundo, algo que últimamente no sucede. Normalmente se nota que los actores entran en frío y hay veces que pierden el hilo. Ron Lalá, no. Ellos entraron en el punto álgido y no lo soltaron hasta que llegaron los aplausos. Algo que beneficia sin duda a un espectáculo como el que presentan cargado de literatura, poesía, citas y ¡música! Sí, también hay música en directo y gags que han podido hacer que algunos los comparen con Les Luthiers, grupo del que me declaro fan desde la infancia, pero Ron Lalá no los imitan, crean su propio concepto de teatro que comienza con los programas de mano y terminan con la compra (opcional, claro) del libreto en el que puedes encontrar el final de esta obra metateatral.

      Definitivamente son un grupo al que seguir de cerca desde el entretenimiento y el intelecto. Apto para todos los públicos con una dosis de despiertaneuronas y crítica social intachable.

Sí, yo también me declaro versoadicta.

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