Esta obra se nos presenta como un texto de divulgación
literaria. El autor se presta a contarnos obras famosas por clásicas, que quizá
ya no atraigan a tanto público como antaño. En esta época de nuevas tecnologías
parece que la lectura está postergada para aquellos que viven en el ostracismo.
Y digo parece porque es obvio que no es más que el reflejo invertido del espejo
(en mi opinión personal). En cualquier caso, todos nos hemos visto alienados al
leer ciertas obras que no carecen de calidad literaria y fama merecida, pero no
es nuestro momento o no hemos sabido conectar con ellas.
Pues bien, con este libro el autor nos ayuda a superar ese
sopor, pero no con un aburrido y largo texto descriptivo, sino con una
ingeniosa adaptación de cada una de las obras de las que habla. Adaptaciones
breves y certeras con las que muchos podrán saber de qué trata cada obra y —¿por
qué no?— seguro que muchos podremos comparar las adaptaciones con el texto
original al que nos enfrentamos e, incluso, puede que muchos quieran regresar
al punto de partida con un renovado interés y mucha más seguridad para, en vez
de enfrentarse al texto, dejarse arrastrar por él como el autor de este libro
de divulgación literaria.
Si quieres aprender algo clásico con un toque de humor, no
lo dudes. Y si tienes un hijo adolescente que debe aprender el hábito de leer
dale este libro. Aprenderá mucho de la lectura y de la literatura clásica a
través del s XXI.