Este
fin de semana he tenido la oportunidad de ir a ver Crimen y Telón de Ron
Lalá. Ha sido un grato placer poder asistir a este original (en todos y los
mejores sentidos).
Una obra escrita por el
grupo que no tiene ni un segundo desperdicio. Desde el principio asistimos a un
nuevo teatro cargado de ciencia ficción y teatro clásico que no te permite
distraerte ni un segundo.
La puesta en escena es
sencilla y fulminante y los focos de atención arrastran al espectador más
desconfiado, consiguiendo que realmente no veas cuándo desaparece el cadáver.
Si amas la poesía no
podrás salir indiferente y no declararte verosadicta.
Desde el texto, las
actuaciones y cada técnico puedes presenciar del trabajo medido.
Esta obra se construye
bajo la premisa de que en el futuro las artes están prohibidas, pero teatro aún
no ha sido capturado, hasta que ¡oh, sorpresa! Aparece su cadáver y el
protagonista debe buscar al asesino, lo que le llevará en un viaje de
flashbacks en los que vemos el inicio y evolución de teatro. Incluyendo el
vocabulario técnico que suele desconocerse, lo que la hace una obra magnífica
para llevar a curiosos y adolescentes que están en pleno estudio de Educación
Literaria (sí, ahora lo llaman así).
Al estar en primera fila
tuve la oportunidad de ver cuidadosamente las expresiones de los actores que
entraron concentrados y terminaron sin perder la concentración ni un segundo,
algo que últimamente no sucede. Normalmente se nota que los actores entran en
frío y hay veces que pierden el hilo. Ron Lalá, no. Ellos entraron en el punto
álgido y no lo soltaron hasta que llegaron los aplausos. Algo que beneficia sin
duda a un espectáculo como el que presentan cargado de literatura, poesía, citas
y ¡música! Sí, también hay música en directo y gags que han podido hacer que
algunos los comparen con Les Luthiers, grupo del que me declaro fan desde la
infancia, pero Ron Lalá no los imitan, crean su propio concepto de teatro que
comienza con los programas de mano y terminan con la compra (opcional, claro)
del libreto en el que puedes encontrar el final de esta obra metateatral.
Definitivamente son un
grupo al que seguir de cerca desde el entretenimiento y el intelecto. Apto para
todos los públicos con una dosis de despiertaneuronas y crítica social
intachable.
Sí, yo también me declaro
versoadicta.